Aspaldian ateratako argazki batekin natorkizue gaurkoan. Basoan ateratzen nuen lehenengo argazki dexenteetako bat da, eta esan nezake gaur egun ere, ditudan basoko argazkietatik gustokoenetarikoa dela. Ez dakit lehengotarikoa izan zen arrazoiagatik edo dituen ezaugarriegatik den, edo biak batera, baña…
Kontua da, argazkia atera nuen egun hartatik ez nintzela berriro bertara gerturatzen, batez ere, nahiz ta zein basotan aterata zegoen jakin, ze txoko zen ez nekielako. Gauzak honela, eta argazkitarako giro aproposa ez zegoen egunetako batean, Iban eta biok txokoa bilatzen aritu ginen. Zonaldearen ezaugarri batzuk banituen gogoan, baña ez zen datu konkreturik, eta 6 urteren ondoren, memoria fotografikoak ere huts egin zezakeen.
Gora, behera, ezker eta eskuinera aritu eta gero, halako batean, eta magal baten goikaldean, izan zitekeena ikustatu nuen. Bila nenbilen txokoaren itxura guztia zeukan. Ezaugarri guztiek egiten zuren bat, baña… zeozer falta zen. Txokoa hura zela zihurtatzeko, bertara igo beharra zegoen. Magala zuzenean igo beharrean, inguratzea erabaki genuen eta, bapatean, txokoarekin aurrez-aurre aurkitu ginen!
Bi sentsazio guztiz ezberdinek hartu ninduten gain; alde batetik txokoa aurkitzeak izugarrizko poza eman zidan, baña penarekin nahastu zen, sentipen gazi-gozo bat sortuz. Txoko hura, eta orain dela 7 urte ateratako argazki hura, ezin izango ziren inoiz berdindu; naturak bere martxaz jarraitzen zuen eta.
Hurrengorarte!
Hoy vengo con una foto tomada hace mucho tiempo. Es una de las primeras fotos decentes que tomaba en un bosque, y todavía hoy puedo decir que, de las fotos de bosque que tengo, es una de las que más me gusta. No sé si es porque fue una de las primeras o es por las características que tiene, o por ambas cosas, pero…
La historia es que, desde que tomé aquella foto, no había vuelto a acercarme allí de nuevo, sobre todo porque, a pesar de saber en qué bosque estaba tomada, no sabía cuál era el rincón. Así las cosas, y un día en el que no había condiciones idóneas para hacer fotos, Iban y yo nos dedicamos a buscar aquel sitio. Tenía en mente algunas características de la zona, pero ningún dato concreto, y tras 6 años, la memoria fotográfica también podía fallar.
Después de andar arriba, abajo, izquierda y derecha, en una de estas, y sobre una loma, pude divisar lo que podía ser. Tenía toda la pinta del sitio que andaba buscando, casi todas las características coincidían, pero… faltaba algo. Para asegurarme de que se trataba del sitio que andaba buscando, había que subir arriba. En vez de subir la loma en linea recta, decidimos bordearla y, de repente, allí estábamos cara a cara con el lugar!
Me invadieron dos sensaciones totalmente diferentes; por un lado, el encontrar de nuevo aquel rincón me dio una alegría inmensa, pero se mezcló con la tristeza, creando así un sentimiento agridulce. Aquel rincón, y la foto que tomé hace 7 años, no podrían igualarse nunca más; la naturaleza seguía su marcha.
Hasta la próxima!
Lo bueno es que con tu primera imagen honras la memoria de ese haya y la has inmortalizado. Enhorabuena!
Muchas gracias David!
La verdad es que nunca me había planteado lo que en un futuro cercano podría pasar, pero ese es el flujo natural y ahora soy más consciente de lo que es inmortalizar un sitio y un momento con una foto.
Pues si señor amigo! suerte que tomaste aquella foto en 2011! Ahora ya es imposible repetirla, de todas formas, la del 2011 es una pasada, en el momento preciso y con un ambiente insuperable. Al menos nos queda la recompensa a los fotógrafos de poder conservar estos momentos eternamente y revivirlos una y otra vez al contemplar la imagen.
Enhorabuena por la de aquel día y lástima de árbol caído en la actualidad!
Un abrazo,
Fran
Muchísimas gracias Fran!
Pues sí, como bien dices, fue una suerte el que pasara por allí (la primera vez que lo hacía y no había vuelto hasta hace bien poco) y tomara la foto mientras se daban aquellas condiciones. Todavía hoy no creo que tenga una foto con ese «punch» que le da el momento a la foto.